Las piscinas infinitas o de borde infinito son aquellas en las que uno de sus lados está bajo el nivel del agua, produciendo un desbordamiento que da la impresión de unir la línea del horizonte con nuestra piscina. Este diseño comenzó a hacerse popular en la década de los 90 y su coste es mucho mayor que el de instalar una piscina convencional aunque hay diseños más accesibles para el consumidor.
Este tipo de piscina asegura una mejor limpieza que otros diseños debido a la constante renovación del agua que evita que se formen depósitos de suciedad en el fondo o sobre la superficie de la misma. Otra de las ventajas de las piscinas infinitas es el reparto más homogéneo de los productos químicos ya que el agua está en constante circulación, lo que propicia una mayor filtración.
La construcción de las piscinas de borde infinito debe estar bien ejecutada, atendiendo especialmente a los lados donde se encuentra el rebosadero de agua. Asimismo la bomba de agua debe tener la capacidad correcta para bombear el volumen adecuado de agua. Por todo ello, se recomienda contar con la ayuda de expertos y profesionales para evitar problemas en su construcción.
